miércoles, 15 de agosto de 2012

El rey del mundo.

A veces me paro a pensar en quién eres y quién crees ser o quién aparentas ser. De vista a la galería eres una chica dura, como de piedra, sin sentimientos. Parece que todo te da igual. Blanco o negro, qué más da. Es lo que aparentas, lo que quizá quieres aparentar. No obstante luego te quejas cuando alguien opina sobre esa forma tuya de actuar. Quizá no deberías porque tendrías que ser consciente de las consecuencias. Ahora bien, cuando estamos tú y yo, a solas, la cosa cambia. Resultas incluso tierna. Parece que eres blanda, sensible, cariñosa, y algo atenta. Podríamos dividirte en tres: lo que eres, lo que crees ser y lo que aparentas. Pero, la duda aparece en mí cuando me dispongo a averiguar quién eres. Quizá no eres lo que eres cuando eres conmigo, y eres sólo una apariencia más. Ni especial ni nada, simplemente una más. Tienes tres caras y enseñas la mitad. El por qué lo desconozco y tampoco me apetece averiguarlo. Eres tú. No soy yo. Sólo tú te entiendes. (Se supone).

martes, 14 de agosto de 2012

Queda tanto..

Dame un minuto, uno de esos que paran el tiempo. Habrán caricias, botones desabrochados, pantalones caídos.. Mis dedos recorrerán tu cuerpo, serán pinceles. Tu cuerpo se teñirá color pasión. Los besos dejarán de ser robados y pasarán a ser prestados. Tu cuerpo, mi cuerpo. Mi cuerpo, tu cuerpo. Un cuerpo.

Soplos de abril.


Cierro los ojos y trato de imaginar que vuelves y aunque me cuesta lo consigo. Imagino cómo me gustaría que sucediesen las cosas, tarea sencilla puesto que siempre se me dio bien soñar. Es como una realidad paralela que, en verdad, no es ni realidad ni paralela.
Es absurdo soñar, porque al final, no sirve de nada, ya que los sueños en sueños se quedan. Pero me da fuerzas para arrancar una sonrisa al imaginar que las cosas imposibles se convierten en posibles. Porque es imposible abrir los ojos y verte delante de mí. Porque es imposible oírte decir que todo irá bien, que no tengo que asustarme. Pero no, hoy voy a borrar mi miedo escrito en la frente y voy a dejarme llevar. Y mañana escucharé esas cosas que no deberías decirme, esas cosas que me hacen perder la cabeza. Pero, ¿qué más da perder la cabeza si mi locura se convierte en ternura al rozar tu cintura? Porque a medida que pasan los días aumentan mis ganas. Las ganas que tengo de ti.

Grande, mediano y sobretodo pequeño.

Seis mil millones cuatrocientos setenta millones ochocientas dieciocho mil, seiscientas setenta y una personas hay en el mundo, ahora. Unas caminan tranquilamente viviendo en calma, otras corren asustadas. Unas vuelven del trabajo, otras van a ello, muchas están paradas. Unas mienten por mentir, otras por necesidad, algunas no saben mentir. Y otras simplemente están enfrentándose a la verdad. Unas mueren por sobrepeso, otras por falta de peso. Unas viven por luchar, otras luchan por vivir. A unas se les cae el techo, otras viven sin techo, y a bastantes les sobra techo Unas tienen enemigos, otras tienen conocidos, y muy pocas tienen amigos. Unas buscan razones para sonreír, otras ríen sin razón. Seis mil millones de personas en el mundo. Cada persona un mundo, todas diferentes. Cada una tiene una cualidad y muchos defectos diferentes. Seis mil millones de almas. Y a veces, necesitas muy pocas para sentirte bien.
Dices que tienes corazón, y sólo lo dices porque sientes sus latidos; eso no es corazón..., es una máquina que al compás que se mueve hace ruido.

Gustavo Adolfo Bécquer. 

Nuestras elecciones

pueden cambiar el curso de las cosas..pero, ¿qué pasa cuándo no podemos elegir?

Hay preguntas de las cuales no he obtenido respuesta.

El jardín prohibido.

Lejos, muy lejos, donde tu vista no es capaz de alcanzar objeto alguno. Allí donde desconoces los caminos, allí donde temes tropezar. Por allí encuentras un laberinto, quizá algo más enredadero que otros. De pronto, la pregunta surge, ¿ir o volver? Bien, allá vamos dices. A sabiendas de que una vez dentro es tan difícil volver atrás que sólo puedes seguir avanzando, pero no importa si no pierdes de vista tu meta. A veces cuesta, unas más y otras un poco menos. Siempre vives a la espera de lo que puede traerte el mañana, nunca sabes lo que puedes encontrarte tras una puerta. Si decides no abrirla nunca sabrás lo que hay tras de ella. Lo peor es vivir con las ganas de averiguarlo, porque siempre tendrás ese algo que quiere conocerlo. No pienses, déjate llevar y avanza.